lunes, 22 de agosto de 2011

El departamento de Guatemala es tradicionalmente rico en muchas artesanías populares, de las cuales podemos destacar las siguientes:

Tejidos de algodón

Los tejidos de algodón tradicionales consisten en güipiles, cortes, manteles y otros productos que se elaboran con dichas fibras. Se fabrican en los municipios de San Juan Sacatepéquez, San Raimundo, Chuarrancho, San Pedro Ayampuc, San Pedro Sacatepéquez, Mixco, San Miguel Petapa y Amatitlán.


Cerámica tradicional
Esta se elabora con técnicas prehispánicas como son, la preparación manual y quemada al aire libre. También existen algunos talleres donde ésta misma cerámica tradicional es elaborada con tornos de origen hispánico y cocidas en hornos de leña. Se producen ollas, comales, jarros y batidores, en los municipios de San Juan Sacatepéquez, San Raimundo, Chinautla, Mixco, Palencia, San José Pinula y Villa Canales.


Productos metálicos
En este rubro se elaboran productos tradicionales de hierro forjado tales com puertas y balcones, en los municipios de San Juan Sacatepéquez, San Raimundo, San Pedro Sacatepéquez, Mixco, Amatitlán y Villa Canales. Artesanías de hojalata de tipo tradicional como candiles, faroles y candelabros se trabajan en San José del Golfo, Mixco, Villa Canales y Amatitlán. Artesanías de plata solamente se trabajan en San Juan Sacatepéquez, produciendo pulseras, dijes, cadenas, esclavas y anillos.

Cerería

Se elaboran diferentes tipos de candelas, palmatorias y veladoras, utilizando el sebo y la parafina en los municipios de San Juan Sacatepéquez, San Raimundo, San Pedro Ayampuc, Chinautla, San Pedro Sacatepéquez, Mixco, Villa Nueva, Amatitlán, Villa Canales, San José Pinula y Palencia.

Materiales de construcción

Entre estas artesanías se fabrican tejas de barro en los municipios de San Juan Sacatepéquez, San Raimundo, Chuarrancho, San Pedro Ayampuc, San José del Golfo, Mixco, Palencia, Villa Canales, Fraijanes y San José Pinula. Ladrillos son también elaborados con barro, en los municipios de San Juan Sacatepéquez, San Raimundo, San Pedro Sacatepéquez, San Pedro Ayampuc, Palencia, Amatitlán, Villa Canales, Fraijanes, San José Pinula y Santa Catarina Pinula.

El tejamanil, que consiste en una tabla delgada que por lo general es de pinabete, se utiliza para fabricar los techos en sustitución de las tejas. Se elaboran en el municipio de San Pedro Ayampuc.

Pirotecnia

En este rubro se producen cohetes, ametralladoras, toritos, castillos, volcanes y canchinflines, que son utilizados en fiestas familiares, religiosas, populares y cívicas. Se elaboran en los municipios de San Juan Sacatepéquez, San Raimundo, Mixco, Villa Nueva, Amatitlán , Villa Canales y Fraijanes.

Además, en el departamento de Guatemala se trabajan otras artesanías como cestería, jarcia, productos de madera, tul, cuero, palma, instrumentos musicales, jícaras y guacales.


MUNICIPIOS DEL DEPARTAMENTO DE GUATEMALA
Guatemala:

Amatitlán, Chinautla, Chuarrancho, Fraijanes, Mixto, Palencia, Petapa, San José del Golfo, San Juan Sacatepéquez, San Pedro Ayampuc, San Raimundo, Santa Catarina Pinula, Villa Canales, Villa Nueva, San José Pinula y San Pedro Sacatepéquez.



Debido a que en este departamento se encuentra la ciudad capital del país, el sistema religioso es mucho más complicado, ya que su población es grande y las influencias de la iglesia católica, las de otras denominaciones religiosas y de los medios de comunicación radiales y televisivos es abundante y penetrante.amatitlan-michael brandon.jpg
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuera de la ciudad el departamento se divide en municipios, con mayor población ladino y/o mestizo, y en los municipios con mayor referente poblacional maya. Esto indica que por ejemplo las cofradías de municipios como San Juan Sacatepéquez, San Pedro Sacatepéquez, Mixco y Chinautla, aunque están bien estructuradas compiten en presencia religiosa con las hermandades, las cuales abundan en todo el departamento.
En los municipios del oriente del departamento, San José Pinula, Palencia, San José del Golfo y Fraijanes, toman lugar las zarabandas, es decir, salones improvisados en los que se coloca una marimba que continuamente interpreta mTMsica bailable. Mientras las parejas bailan, los encargados se introducen entre los grupos y les cobran por cada pieza que bailan.

En estos municipios son muy frecuentes los jaripeos, las peleas de gallos, las carreras de cintas y los juegos de azar, debido a su proximidad inmediata con las costumbres sociales del oriente guatemalteco.

Mercados

Los mercados de frutas, verduras y flores más famosos e interesantes son los de San Juan Sacatepéquez y Palencia. Los de Mixco y Amatitlán son grandes y abundantes en productos regionales. Por lo demás, todo llega a confluir al mercado de la Terminal de la zona 4 en la ciudad capital, el cual satisface cualquier necesidad de compra-venta.

Hablas populares

Además del idioma dominante que es el español, en el departamento se hablan dos idiomas importantes. El poqomam en Chinautla y quizá algunas personas que todavía lo recuerdan en Mixco. No debe olvidarse que el valle central del departamento fue asentamiento de los poqomames en tiempos prehispánicos. Y el segundo es el kaqchikel, que se habla en San Pedro Sacatepéquez, San Juan Sacatepéquez y en San Raimundo.

Danzas y bailes

El departamento es pródigo en relación a la cantidad de grupos de danza tradicional que practican bailes auténticos de la tradición. Su influencia danzaria proviene de la derruida ciudad de Santiago, de Chimaltenango y de Baja Verapaz. Las danzas se realizan en el orden siguiente:


El departamento de Guatemala, es uno de los más dinámicos en la historia de este país. En primer lugar, estas tierras son muy antiguas en cuanto a asentamientos humanos se refiere. En su territorio desde la época prehispánica floreció el centro ceremonial Kaminal Juyú, que era punto de enlace comercial entre el norte y el sur de mesoamérica y entre las tierras altas y las bajas de las culturas mesoamericanas, entre ellas las mayas y mayanses.

Kaminal Juyú, densamente habitada fue probablemente uno de los núcleos humanos más desarrollados del área mesoamericana hasta el arribo de los españoles en el siglo XVI. Otros señoríos mayanses habitaron sus tierras, como el señorío Fortaleza de Mixco Viejo, cuyos vestigios aún subsisten entre la frontera del departamento de Guatemala y el de Chimaltenango, ya que se encuentra situado en el municipio de San Martín Jilotepeque.

De tal manera que el poblamiento de la región fue intensivo. Con el arribo del hombre occidental en el siglo XVI, el valle de la Virgen fue habitado desde muy temprano, por españoles, criollos, indios, negros y mulatos. El cronista Tomás Gage refiere que a principios del siglo XVII era una planicie muy fértil con extensas haciendas ganaderas, ingenios de azúcar y pueblos de indios. El historiador Francisco de Fuentes y Guzmán señala la densidad poblacional del valle llamado de la Virgen, de las Vacas o de la Ermita.

A finales del siglo XVIII, en diciembre de 1773, el valle de las Vacas, de la Ermita o de la Virgen fue escogido por la Corona Real para efectuar el cuarto traslado de la ciudad de Guatemala, durante la época colonial, llamada en esta oportunidad, por Real Cédula del 24 de mayo de 1776, Nueva Guatemala de la Asunción.

La nueva capital del reino empezó a vivir formalmente, después de intensas luchas entre los partidarios del traslado y los terronistas, el 2 de enero de 1776, después de la extinción de la ciudad de Santiago de Guatemala por orden real.

La tranquilidad del valle fue alterada desde entonces, ya que se convirtió en el centro político administrativo del Reyno de Guatemala. Todo acontecimiento político social y económico, desde entonces, afecta directamente a los pobladores del departamento.


Hasta el traslado de la ciudad, las herencias culturales que se conjugaban en el actual territorio del departamento, eran las poblaciones mayanses de las etnias poqomames y kaqchikeles, cuya cultura hibridizada y resemantizada conservaba y conserva aún, su propia concepción del mundo de la vida, en donde ancestrales creencias mayanses se mezclan con antiquísimas tradiciones españolas y occidentales.

La cultura del departamento es amalgamada y sincretizada, dando origen a una tradición oral muy rica, en la cual aparecen reflejadas estas simbiosis culturales . De tal manera que formas de literatura oral que conservan ecos profundos de la cultura occidental, perviven junto a especies literarias orales de los pueblos mayanses focalizadas en los municipios respectivos.

Por una cuestión didáctica, las tradiciones orales del departamento se pueden dividir en tres grandes vertientes: la literatura oral de la Nueva Guatemala de la Asunción, las tradiciones orales de los municipios mestizos y la oralidad de los municipios de herencia mayanse.


No obstante de esta división, actualmente, debido al crecimiento de la urbe y las migraciones de habitantes de todas las regiones del país, están haciendo variar las tradiciones populares del departamento, aunque como río profundo, la mayor parte de ellas permanece resistiendo el embate de la contracultura de masas.

En la región, la oralidad surge en ocasiones especiales, como en velorios, "cabos de novena" y en lugares específicos como tiendas y cantinas. También se desarrolla en ocasiones particulares, alrededor de los patios de las antiguas casonas de los barrios antañones de la Nueva Guatemala de la Asunción, en las casas de los pueblos y en los caseríos más alejados del departamento. Así también, en los ocasos de las tardes de verano y en horas de la noche alrededor del comedor de la casa paterna o bien en los parques y atrios de las poblaciones del área.


En los pueblos mestizos y en la Nueva Guatemala de la Asunción, se han podido detectar dos tipos de narradores tradicionales: uno especializado, generalmente anciano, con una memoria prodigiosa y una forma locuaz de expresión y que son reconocidos por todos como el verdadero contador de historias. A ellos se les llama cuenteros, viejos, viejísimos, leng¸eros y algunas veces "cuenta cuentos". El otro tipo de narrador, lo constituye el contador ocasional de historias orales, pero que sin la sagacidad del anterior, no dejan de ser sabios en tradiciones y literatura oral.
En cuanto a los municipios de Chinautla y Mixco, de ascendencia mayanse poqomam, los contadores de historias se llaman Ajq'ij y en San Juan Sacatepéquez, San Pedro Sacatepéquez, San Pedro Ayampuc, San Raimundo y Chuarrancho, de ascendencia kaqchikel, los narradores de historias se denominan Atzij winaq. También en estos pueblos existe la división de contadores de historias especializados y de formación general.amatitlan-michael brandon3.jpg
Tradición oral de la Nueva Guatemala de la Asunción
La Nueva Guatemala de la Asunción, ha generado una cultura propia, específica, desde el momento en que se asentó en este valle de las Vacas, a finales del siglo XVIII. Su tradición oral, fresca y viva, aún en nuestros días, tiene como fuente de origen las tradiciones orales persistentes en el valle de las Vacas antes del traslado; los ecos de las consejas aportadas por los habitantes venidos de Santiago de Guatemala, y las generadas por la propia ciudad a lo largo de su propia historia.


En la ciudad de Guatemala, privan sobre todo las leyendas históricas, religiosas, de espantos, aparecidos y ánimas en pena, así como cuentos de ancestral ascendencia occidental, entre los que se privilegian los cuentos maravillosos, los de animales, los de bandidos mágicos y los de bobos e ingenuos.

En cuanto a las leyendas, el escenario en general lo constituyen los viejos y ancestrales barrios de la urbe, los cuales atesoran esta literatura oral, especialmente los barrios del Cerrito del Carmen, Candelaria y la Parroquia Vieja, en donde se arraigaron las ancestrales consejas.


También en los barrios formadores de la urbe, surgen tradiciones orales de gran riqueza, como en La Recolección, San Sebastián, La Merced, El Sagrario, Gerona, La Floresta, San Francisco y Santo Domingo.

Además de las zonas periféricas de la ciudad, cantones y antiguos poblados absorbidos por la urbe, manifiestan este tipo de tradición oral.

Se puede afirmar que no hay casa, paraje, templo, parque, barranco, cerro o calle que se encuentre en estos barrios, que no posean relatos de algún tipo que hacen recordar la historia y lo legendario de la urbe.

De tal manera, los viejos barrios de la ciudad acrisolan leyendas animísticas de espantos y aparecidos de indescriptible belleza, tales como El Sombrerón, ese hombre pequeñito vestido de negro que con su guitarrita de plata o de cajeta "se enamora de las mujeres de ojos zarcos y pelo largo", "que arrastra sus patachos de mula cargadas de carbón", y que se aparece aún por el barrio de La Merced, como en el Callejón de Jesús, en el Callejón del Casco en La Parroquia Vieja o en el Callejón de la Cruz en el barrio de la Recolección; La Siguanaba, esa vaporosa mujer que asusta a los hombres trasnochadores, se aparece todavía en los barrancos de Ciudad Nueva, el Quintanal y en los barrios de la Ermita, El Gallito, y el Ojo de Agua.


Las ánimas benditas recorren las calles de los barrios del Cerro del Carmen, Belén, El Sagrario y Santa Catarina. El Cadejo "cuida bolos, mujeres y niños solos" en los barrios del Guarda Viejo, La Pedrera, La Floresta y San Sebastián. Procesiones fantasmas de nazarenos y sepultados recorren las calles como el Señor Sepultado de Santa Catarina en la noche del Viernes Santo, o el Niño Nazareno de La Parroquia que recorre con su cruz a cuestas todos los callejones y calles de los barrios de Candelaria, el Cerrito del Carmen y La Parroquia Vieja.

Casas de espantos y casas con encantos y tesoros enterrados, se esconden en calles y callejones, como las que se encuentran en la Calle del Obispo, el Callejón Manchén, Callejón de la Aduana, Callejón de las Huérfanas o del Niñado y Calle del Hospital. Dos leyendas de ánimas en pena sobresalen en la ciudad. Así, en el barrio de San Sebastián se asegura que la Llorona grita todas las noches en el Callejón de Soledad, cerca del tanque de agua del callejón. Cuentan los vecinos que la Llorona fue una mujer que ahogó a su hijo en ese tanque y que Dios la condenó a buscar la tumba del hijo por la eternidad, "siempre, donde haya agua corriente".


Cuentan en el barrio San Sebastián, que la Llorona es una mujer vestida de negro, con pelo largo, que grita con angustia y terror en altas horas de la noche o en las madrugadas, "y que cuando se le oye de cerca es que está lejos y cuando se le oye lejos es que está cerca". La Llorona es uno de los espantos de mayor arraigo en los viejos barrios novoguatemalenses.
 
 

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