viernes, 14 de octubre de 2011

GRANDES BATALLAS DE LA HISTORIA



PEARL HARBOR


El ataque a Pearl Harbor fue ejecutado por la Armada Imperial Japonesa en la mañana del 7 de diciembre de 1941. El ataque sorpresa a Pearl Harbor, en la isla de Oahu en Hawái, fue dirigido contra la Flota del Pacífico de la Armada de los Estados Unidos y las fuerzas aéreas que defendían la zona.
El almirante Isoroku Yamamoto planeó el ataque como el inicio de la Campaña del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial.
El objetivo del ataque, dirigido por el vicealmirante Chuichi Nagumo, era neutralizar la flota enemiga por un largo período, con el objetivo de ocupar las colonias occidentales en el sudeste de Asia, para poder romper el embargo económico al que Japón estaba siendo sometido desde el año anterior. Una vez debilitados los Estados Unidos militarmente, Japón buscaría negociar la paz con condiciones favorables. El Alto Mando japonés deseaba evitar una guerra larga, pero aunque el Imperio Japonés salió victorioso en la acción, no logró obtener una victoria decisiva.
El ataque destruyó 13 buques de guerra y 188 aeronaves, y mató a 2.403 militares y 68 ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, los tres portaaviones estadounidenses de la Flota del Pacífico no estaban en el puerto y por lo tanto no fueron atacados. La flota estadounidense en el Pacífico tardó en recuperarse entre seis meses y un año. Los japoneses perdieron 64 militares.
Después del ataque, el presidente Franklin Delano Roosevelt declaró la guerra a Japón, y cuatro días después, Hitler declaró la guerra a los Estados Unidos. La opinión pública estadounidense vio el ataque como un acto de traición, y la fuerza aislacionista perdió el apoyo popular, que se volcó fuertemente a favor de la guerra contra las Potencias del Eje.








Planificación del ataque
Durante los años 30, la estrategia japonesa para una eventual guerra con los Estados Unidos consistía en permitir que la Armada estadounidense realizase el primer movimiento. Submarinos japoneses deberían hostigar a la flota estadounidense desde Pearl Harbor, disminuyendo la capacidad ofensiva de la misma. Los restos de las fuerzas navales estadounidenses serían destruidos en una gran batalla naval entre Saipán e Iwo Jima.[4]
En agosto de 1939, el almirante Isoroku Yamamoto fue designado Comandante de la Flota Combinada del Pacífico. En la primavera de 1940, Yamamoto decidió modificar el plan de guerra después de observar el progreso en las maniobras de portaaviones. Yamamoto sugirió que un único y fulminante ataque contra Hawái era una alternativa para intentar destruir la flota enemiga en el Pacífico, y ocupar las colonias europeas y estadounidenses de Asia y Oceanía mientras los estadounidenses reconstruían la flota. El almirante Yamamoto predijo con gran precisión que el Reino Unido, Francia y los Países Bajos no contaban con fuerzas para defender sus colonias debido a la guerra paralela en Europa.
Una estrategia similar, de un único ataque sorpresivo y decisivo, fue la que utilizó el almirante Heihachirō Tōgō, un héroe japonés, cuando atacó sin declaración de guerra a la flota rusa en Port Arthur, dando inicio a la guerra Ruso-Japonesa. Dicho ataque permitió que Japón tuviera la superioridad naval durante el resto de la guerra.
Un precedente más cercano se encontraba en la batalla de Tarento, donde unos cuantos biplanos Swordfish ingleses lanzaron un ataque desde un portaaviones, comandado por el almirante Andrew Browne Cunningham, mucho más cercano a los objetivos que la base principal británica en Alejandría, inhabilitando a la mitad de la flota italiana y forzando su retirada a Nápoles.
Yamamoto envió una delegación naval a Italia, que concluyó que una versión más grande y mejor apoyada que la brillante maniobra de Cunningham podría forzar a la flota estadounidense a retirarse hasta California, dando tiempo para alcanzar la "Gran Esfera de Co-Prosperidad del Sudeste Asiático", lo que implicaría tomar el control de las reservas petroleras de las Indias Orientales Holandesas, que permitiría incrementar la capacidad defensiva. Más importante aún, la delegación regresó a Japón con el secreto de los torpedos de poca profundidad que los ingenieros de Cunningham habían ideado.




A inicios de febrero de 1941, Yamamoto solicitó, de manera no oficial, al almirante Takijiro Onishi, Jefe del Estado Mayor de la 11ª Flota Aérea, que estudiara la posibilidad de realizar un ataque con portaaviones contra Hawái. Onishi se dirigió a su vez al legendario Minoru Genda, cuya opinión era altamente respetada debido a los resultados brindados por sus cazas en la guerra con China.
Genda determinó que el plan tenía posibilidades de éxito, pero era muy arriesgado. Esto fue suficiente para Yamamoto, que ordenó al capitán Kameto Kuroshima que organizara un plan detallado. Kuroshima entregó posteriormente un plan bautizado Operación Kuroshima, donde se indicaba que era necesario que la flota enemiga se encontrase en Hawái en el momento del ataque y que también era necesario que la flota de portaaviones nipona llegase hasta la base naval enemiga sin ser detectada. Yamamoto era consciente de lo arriesgado de su ataque y declaró:
Si fallamos, es mejor que finalicemos la guerra.
En abril, la Operación Kuroshima fue renombrada Operación Z, haciendo referencia a la bandera Z utilizada por el almirante Togo para indicar el inicio del ataque japonés en la decisiva batalla de Tsushima.
El contraalmirante Ryunosuke Kusaka, Jefe del Estado Mayor de la 1ª Flota Aérea, recibió las notas de la operación para que lo utilizase como plan operacional. Kusaka decidió reescribir el plan con la ayuda de los comandantes Tamotsu Oishi y Minoru Genda, quien ya había estudiado la viabilidad del mismo.
A inicios de septiembre, los estrategas de la Armada Imperial Japonesa entregaron los planes detallados de la operación. La decisión de usar cuatro portaaviones en lugar de seis fue polémica y generó la protesta de varios altos oficiales. El contraalmirante Tamon Yamaguchi, comandante de los dos portaaviones que habían quedado excluidos, el Hiryu y el Soryu, no sólo no se conformó con protestar ante el vicealmirante Chuichi Nagumo, sino que al rehusar éste último a acceder, Yamaguchi le aplicó una llave alrededor del cuello. La intervención de Kusaka logró calmar los ánimos, pero Yamaguchi no sufrió ningún perjuicio por su actuación. Días después, Nagumo decidió finalmente incluir los dos portaaviones de Yamaguchi.
El comandante de bombarderos del portaaviones Akagi, Mitsuo Fuchida, recibió el mando de todos los bombarderos de todos los portaaviones.
El entrenamiento para el ataque a Pearl Harbor se realizó en la isla Kyushu.
El ataque dependía de los torpedos, pero las armas de la época requerían de aguas profundas cuando eran lanzados desde el aire. El capitán Fumio Aiko diseñó un nuevo torpedo, Torpedo tipo 91, que podía ser arrojado en aguas poco profundas. Este torpedo causó la mayoría de los daños a las naves estadounidenses. Los técnicos de armas japoneses también produjeron bombas especiales de penetración de blindaje, al incorporar aletas en proyectiles navales de 14 y 15 pulgadas. Lanzadas desde 10.000 pies (~ 3000 m), serían capaces de penetrar las cubiertas blindadas de los destructores y cruceros estadounidenses estacionados en Pearl Harbor.
El 5 de noviembre de 1941, Yamamoto emitió una orden secreta, de 151 páginas, donde se indicaba la estrategia a seguir para invadir las colonias británicas y estadounidenses en el Lejano Oriente, mientras se realizaba el ataque a Pearl Harbor.






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